miércoles, 19 de diciembre de 2012

Las aves acuáticas y las zonas inundables

Garza real blanca en el humedal del Zoológico Santa Fe
En el trópico y durante las épocas de lluvia, los ríos y corrientes de agua suelen inundar las zonas bajas del bosque y formar un ambiente en el que se aprecian las características, por un lado, de un hábitat acuático y, por el otro, de un ecosistema poblado de árboles.
Esta situación puede observarse, por ejemplo, en las cuencas de los ríos amazonas y Congo, donde el agua recubre grandes extensiones de tierra, ya sea temporal o permanentemente.
Ibis rojo o corocora

Las especies que viven en este tipo de hábitats han desarrollado a través de millones de años una serie de adaptaciones anatómicas que les permiten vivir sin problemas, tanto en la tierra como en el agua.
En estos ambientes inundables, las aves son -sin lugar a dudas- las grandes privilegiadas.
Es así como muchas garzas, ibis y cigüeñas encuentran es ese “hábitat doble” un ambiente asombrosamente adaptado a sus exigencias ecológicas. Su alimento lo toman con facilidad de las orillas de los ríos y de las zonas inundadas. Además, para complementar toda esa serie de beneficios recibidos con la abundante y disponible alimentación, las aves encuentran en los árboles la posibilidad de anidar en colonias conformadas por miles de individuos de su misma especie.

Antes de que termine la temporada de lluvias, miles de polluelos serán alimentados con los peces, ranas y otros animalillos que proliferan en las aguas que cubren transitoriamente el espeso bosque.

De ahí que, en especial en América del sur y en África, las aves acuáticas realizan migraciones para aprovechar la abundante comida que trae consigo la estación de lluvias.

En Colombia, cada año se aprecian multicolores caravanas de aves acuáticas que se desplazan a las zonas inundables, como las existentes en la Amazonia, en los llanos orientales y en costa pacífica.




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